Cuando desperté, el virus seguía allí. Y ya no era sólo chino. Pero los prejuicios y la ignorancia corren a una velocidad de vértigo, casi tan rápido como el propio COVID 19. Hay una crisis italiana que es distinta a la española y diferente también a la argentina: cada una con un manejo particular según sus recursos, idiosincrasia y situación política. ¿Y qué pasa en China? Primero habría que decir que cada vez que nos
Me encontré con Agustina en diversas situaciones, todas atravesadas por la literatura. En todas esas oportunidades se mostró abierta al diálogo. En este caso, estamos en una biblioteca de Luis Guillón, barrio de la zona sur del Gran Buenos Aires. Acaba de dar una charla sobre Cadáver exquisito, novela ganadora del Premio Clarín 2017. Mientras conversamos, rodeados de libros, tazas de café vacías y bandejas con algunas galletitas, lanzo la primera pregunta. Alguna vez
Escribo encerrado en un edificio y me pregunto quién sostiene el telón de este gran teatro vertical que comienza en la terraza del tanque de agua y desciende hasta el segundo subsuelo de cocheras, olores a gases, bauleras y sombras. O al revés, de abajo hacia arriba: en definitiva la vida te da vuelta cuando quiere. Tal vez seamos relojes de arena, o fotocopias doble faz. De un lado la muerte, del otro la vida.
Algunos escritores tenemos disciplina de soldado para pasar muchas horas solos con nuestros pensamientos. Así que, para no volverse loco y ser eficaz en esta cuarentena necesaria, es bueno seguir unas pautas. He preparado estos consejos guía para quienes deseen una organización en este tiempo de incertidumbre global. Porque sí, los escritores también nos dedicamos a eso: organizamos el caos, imaginamos mundos nuevos y los ponemos en marcha con unas reglas determinadas para que todo
“No hay nada más engañoso que un hecho obvio” Conan Doyle, The Boscombe Valley Mistery Durante los últimos días me he estado preguntando acerca de las dificultades que hemos tenido para comprender la naturaleza y las dimensiones de la crisis COVID-19, y la renuencia a adoptar medidas e implementar medidas. Esto parece una crisis no hecha a nuestra escala… Pensando en ello, decidí hacer una pregunta de examen para mis alumnos del curso de “Neurociencias
Yo: indio, hueco y comunista. Ciertas palabras, aunque poseen la capacidad de viajar a la velocidad de la luz, sumergen a su destinatario en la oscuridad. Los insultos, sonidos que incluso pronunciados en susurros siempre resuenan potentes con ecos de crueldad, son dardos envenenados de la ignorancia de su emisor, cargados con la potencia del odio y expulsados en la certeza de que no se convertirán en bumerán. La ofensa nace con la esperanza del
La capital de Buenos Aires es conocida como un epicentro de creatividad cuya agenda cultural resulta tan heterogénea como inabarcable. Pese a la inestabilidad económica y la precarización del trabajo artístico, gestores y creadores de todos los ámbitos se niegan a claudicar ante la necesidad de producir el bien preciado que representan un libro, una canción, una obra de teatro o una muestra de fotografía. Contra viento, marea e inflación, se hace. No desde la
La infancia Muy pocos conocen su verdadero nombre. El famoso, el estampado en sus libros, notas periodísticas, presentaciones y homenajes. Es un mix del propio y de un apellido robado a su primer marido. En varias oportunidades, ha confesado que necesitaba una identidad que la vinculara a la alcurnia, para “chapear” y desarrollarse en un mundo diferente al de origen. Nació en Once, barrio multiétnico, hace 72 años. De madre química y padre ingeniero agrónomo.
So, buddy, tell us what’s so fuckin’ funny? ¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora! ¡Nadie en lo alegre de la risa fíe, porque en los seres que el dolor devora el alma llora cuando el rostro ríe! Reír llorando – Juan de Dios Peza Y los dados sueltos de tu risa seca, con los cascabeles disuenan rivales. Tu risa amenaza como los puñales, como un moribundo se tuerce tu mueca. Al jorobado –
¿Cuál es tu libro pendiente/postergado más vergonzoso? Tengo muchísimos libros pendientes y vergonzosos, tal vez no debería ni confesarlos por acá. Uno es Cumbres borrascosas de Emily Bronte, ayer lo conversaba con amigos y amigas en un auto de regreso. Me preguntaban si no me gustaba el escenario de época , intenté defenderme. No hay ningún mensaje oculto en no haber leído los imponderables, simplemente falta de tiempo o distracción. Se va transformando en una