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Edson Velandia: la coherencia salvaje

Unos días antes de las votaciones presidenciales de 2018 en Colombia, el músico santandereano Edson Velandia subió a sus redes Iván y sus bang bang, una canción en la que advertía qué pasaría si el entonces candidato Iván Duque era elegido como presidente. Señalaba, entre otras cosas, sobre la persecución a la protesta social, la supresión de algunas libertades, la corrupción en los diferentes poderes, y las muertes y desapariciones. A menos de un año

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Carlota, la catarsis de un hombre que conectó con sus mujeres

“Si te contara toda la historia, nunca terminaría… Lo que me sucedió a mí le ha sucedido a mil mujeres”. Federico García Lorca  Escucho de lejos el taconeo firme de unos pasos que van y vienen,  el aire dulzón de un perfume me envuelve los sentidos y de repente el silencio es quebrado por una voz chillona que se deja abrazar por los aplausos. Carlota del Valle Dorado se presenta ante un público post pandémico

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La vida consiste en algo más que en hacer cosas

Suena el despertador a las 8 de la mañana. Me levanto, me cepillo los dientes, me peino. Me preparo un café, acomodo el escritorio, abro la computadora. 15 pestañas de Google Chrome abiertas, el Whatsapp web en una ventana, la bandeja de entrada en otra con 10 mails no leídos. Una agenda que dice: llamar a mamá a las 12, practicar yoga a las 6, leer a las 7. Un cuaderno sobre la mesa con

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La dinámica de lo infinito

Las canciones de Él Mató son de esas que te hacen caminar flashando que estás en un videoclip. Quizás algo así le pasó también a Bruno Stagnaro cuando le propuso a Santiago Motorizado usar su música para la remasterización de Okupas. “Fue un sueño”, diría una y otra vez en varias entrevistas. Como quien necesita repetir muchas veces algo para creérsela. -Cada vez que sacamos un disco con Él Mató siempre tengo un grupo de

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Leila Guerriero, un cross a la mandíbula

Leila Guerriero lectora nombra algunos de sus libros favoritos. Sólo uno de los autores citados escribe en español, Idea Vilariño, tres son europeos y los demás, contemporáneos la mayoría, escriben en inglés: Lorrie Moore, David Foster Wallace, Maeve Brennan, Joan Didion, Vivian Gornik. Cuando uno la lee a ella, percibe el aire familiar de las lecturas que ha hecho pero a la vez necesita guarecerse del viento sudamericano que arrecia, atrevido y fiero. Crónicas que

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Pedaleando el Globo: la increíble travesía en bicicleta por el mundo.

Cuando me encuentro con Pablo García, el argentino que recorrió el mundo 16 años en bicicleta, no tiene nada que ver con lo que imagino: Pablo es un tipo común, tranquilo, que le gusta charlar y que toma mate. Lo más extravagante para mí, no tiene que ver con su apariencia ni su vida actual, sino con el espíritu aventurero que lo llevó a tomar la decisión de pedalear el globo a sus veinticinco años

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Wilcock: la soledad y el monstruo

Cuando hablamos de Juan Rodolfo Wilcock nos encontramos girando, casi siempre, en torno a cierta incómoda inefabilidad. Pese a haber pertenecido a ese círculo de grandes escritores que giraba en torno a la revista Sur –Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares–, Wilcock se nos aparece (cuando lo hace) bajo la figura de un hermano menor desplazado. Formó parte de esa generación de escritores del 40 que no se llevaba muy bien con

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Los cuerpos desobedientes de Claudia Masin

En la vorágine del particular año 2020, apareció en escena el último poemario de Claudia Masin: El cuerpo (Portaculturas, 2020). Sin duda alguna, su promesa permanece intacta: desobedecer y seguir desobedeciendo. La poeta y psicoanalista asume, una vez más, la magnífica y difícil tarea de desentrañar el deseo, aquella pulsión enigmática de la que estamos hechos; la que hace existir a los cuerpos. Al fin y al cabo, la desobediencia es condición sine qua non

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El camino a casa de Lydia Helander

Costó encontrar la casa. Es amena, amplia, prolija, natural y acogedora. Como Lydia. Nos esperaba para hablar de libros. De cómo había tenido que desprenderse de los “libros peligrosos” en el setenta y pico. De cómo ese miedo profundo que nunca había sentido, ni volvió a sentir, la trajo a Varela, un paraje casi tan alejado como el fin del mundo. Lydia nació en 1942 en Buenos Aires, pero pasó  sus primeros años en Santa

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Ángela Pradelli o la poética del viaje

Indudablemente somos seres sociales mediados por las palabras. Nacemos con una palabra que nos identifica, nos criamos con palabras que nos crean, nos educan, acusan, develan y/ o empaquetan. Bajo esta historia que nos antecede, la poesía como la expresión de la libertad nos brinda una puerta de escape, una ventana de emergencia, respira nuestra sensibilidad frente al mundo, contiene y libera nuestro legado, expresa nuestra identidad literaria y declara nuestra capacidad de felicidad. El