La capital de Buenos Aires es conocida como un epicentro de creatividad cuya agenda cultural resulta tan heterogénea como inabarcable. Pese a la inestabilidad económica y la precarización del trabajo artístico, gestores y creadores de todos los ámbitos se niegan a claudicar ante la necesidad de producir el bien preciado que representan un libro, una canción, una obra de teatro o una muestra de fotografía. Contra viento, marea e inflación, se hace. No desde la
Boedo
“La única ficción que existe es la realidad.” El mundo es más fuerte que yo. Sábado soleado, una del mediodía, república de Chacarita, Roseti 722, Buenos Aires. Jóvenes actores tocan timbre en una puerta roja. Dos horas después la puerta luce un cartel: “Espere aquí por favor, en breve será atendidx”. Dentro suena una música amable y sobre la vereda una veintena de personas espera. ¿Cuándo comienza una función de teatro? ¿Al dar sala? ¿Cuándo
“A la mañana siguiente tuve que admitir que era cierto. El caballo estaba ahí. Asomaba parte del torso y las dos patas delanteras, flexionadas, se apoyaban firmes sobre el piso. Cuando lo regué por primera vez, relinchó. Ahí, no sé, fue como una epifanía. Agarré el teléfono con ambas manos, cerré los ojos y marqué. Cuando escuché el primer tono sentí un frío que me bajó por la nuca y me entumeció el cuerpo. Contuve