decameron pasolini

El Decamerón y el optimismo en pandemia

A comienzos de la cuarentena circulaba un meme por las redes sociales que decía: ¨Ánimo amigos, esto es como la peste negra pero con Wifi¨ y si bien muchos no comulgan con el humor negro a mi me dio una cuota importante de esperanza y me trasladó  de manera automática a una de las mejores piezas literarias de todos los tiempos: El Decamerón del escritor italiano Giovanni Bocaccio.

En un momento donde posiblemente nos estamos acercando a la lectura de una manera más asidua y constante, es imposible no pensar en el legado literario que dejará la pandemia post Covid-19. Cuáles serán las piezas culturales que contarán el proceso del confinamiento o qué nuevos escenarios habrá producido el imaginario de artistas y escritores de esta época. Qué estilo será el que haya marcado esta temporada y en cuáles se embarcarán las nuevas generaciones de escritores en los próximos años e incluso siglos.

No lo sabré, pero si hay un libro que marcó un antes y un después en la historia universal, es el que hoy nos convoca: El Decamerón. No solo porque recorre y muestra el comportamiento humano a través del tiempo, sino porque es el libro de relatos por excelencia que atraviesa una pandemia. Confieso que lo tuve en la biblioteca y nunca me atreví a leerlo hasta hace algunos meses cuando comenzó el confinamiento. La búsqueda desesperada de algunas respuestas y algo de esperanza en un escenario parecido, hicieron que me zambulla en sus páginas.

Ocho siglos nos separan de aquellas reflexiones que revolucionaron la literatura mundial y tienen mala prensa entre los jóvenes de hoy por ser «aburridas y difíciles de leer¨. Escrito entre 1348 y 1351 y ambientado sobre la guerra de los 100 años y la peste negra en Italia, la obra describe con inteligencia y perspicacia la época medieval, donde desciende la cultura eclesiástica, la vida cambia y con ella los usos y costumbres. Los hombres viajan por sus trabajos de comerciantes y las mujeres quedan solas explorando sus mundos internos en sus casas.

Boccaccio, escritor y pensador humanista italiano, reunió en su Decamerón a diez aristócratas, siete mujeres bien educadas y cultas de entre 18 y 28 años, y tres hombres que deciden atravesar la cuarentena juntos en una casa de campo en las afueras de Florencia, huyendo de la trágica peste negra, a través de una serie de cuentos medievales. Para que el tiempo les sea más ameno y entretenido, cada personaje narra un cuento por día, logrando así diez historias por día a lo largo de dos semanas. Lejos de la peste y el desastre de la ciudad, los diez protagonistas hacen uso del tiempo para contarse historias inspiradas en la sociedad medieval florentina y construir de ese modo una burbuja paralela donde reinen el orden, las pasiones del buen vivir y la camaradería. Lo que va a unir a esos diez personajes en definitiva es la esperanza. La idea ancestral de perseguir la felicidad en el formato que sea: cuento, fábula, poesía, baile y porqué no, la buena comida y la bebida. Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia.

decameron

A diferencia de las obras de aquella época, Bocaccio no escribirá para un mundo caballeresco sino que nos abrirá las puertas al humanismo literario con una comedia donde, durante la autocuarentena de los personajes, nos paseará por diferentes estadíos como el amor, el erotismo, la desdicha y el odio. Cuentos que suceden en un escenario alegre, tienen un tono relajante y lo más alentador, poseen la capacidad de resolver cosas. La importancia del Decamerón no solo se encuentra en su delicada prosa que estableció un modelo a imitar para los futuros escritores del Renacimiento, sino que además de documentar la vida de una época está considerada una obra maestra escrita en el vernáculo dialecto florentino y sirvió de inspiración para muchos artistas de la actualidad. Es cierto que las primeras páginas pueden ser un tanto complejas y el lenguaje, ajeno y extraño, pero no se desanime querido lector, le aseguro que encontrará las recompensas.

En 1970 Pier Paolo Pasolini creó la película homónima El Decamerón, en 2008 la reconocida artista plástica Renata Schussheim fue convocada por el diario Página 12 para ilustrar con sus dibujos algunas de las escenas del libro, en lo que fue una magnífica entrega de colección. en 2015 Vargas Llosa lo llevó al teatro de la mano de Los cuentos de la peste, y en 2017 se estrenó The Little Hours de Jeff Baena en una adaptación libre de dos historias del libro sobre travesuras sexuales en un monasterio y castillo medieval de la Toscana, por nombrar algunas. Pero lo más interesante y actual es el proyecto que lanzó en julio de 2020, la revista del New York Times con el Decameron Project, donde veintinueve escritores cuentan en una suerte de empatía unificadora, historias que lidian con el miedo, la pérdida, la enfermedad y la incertidumbre, pero también con la bondad, la conexión y el humor. Con diseño e ilustraciones majestuosas de la gran Sophy Hollington, el proyecto rescata con sensibilidad e inteligencia el espíritu del clásico italiano. Laila Lalami, una de las autoras seleccionadas, dijo : «La ficción es una forma de darle sentido al mundo que nos rodea, una forma de narrarlo de vuelta a nosotros y en ese sentido, imponer algún tipo de orden en el caos».

decameron project NYT

Por mi parte imagino el Decamerón 2021 en versión literaria con ilustraciones del gran Cotelito y relatos de Rosario Bléfari y la versión teatral de la novela segunda de la octava jornada, con textos de Santiago Loza y coreografía de Pablo Rotemberg. Cuando la realidad se convierte en ficción, son los libros los que nos pueden traer algo de tranquilidad, en definitiva la historia se cuenta a través del arte, con las palabras y la memoria.

Finalmente parece que las cosas no son tan diferentes que ocho siglos atrás, no somos ni tan poderosos, ni tan únicos, ni tan especiales. Lidiar con la ansiedad es parte intrínseca de la naturaleza humana y el Decamerón viene a ser el antídoto perfecto para mostrarnos que nunca estuvimos tan acompañados. Este presente inédito nos trae la posibilidad de encontrarnos con libros que pasamos de largo o descartamos sin razón alguna. Porque volver a los clásicos debe ser una premisa cultural para seguir comprendiendo el mundo y desafiar los caprichos del tiempo.

One Comment
  1. Reply Dani Game 6 noviembre, 2020 at 9:05 am

    Un abreboca magnífico para un libro de todos los tiempos.

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