Marta Traba fue una voz inagotable para pensar Latinoamérica. Atravesó países y se atrevió a leer el arte y la cultura sin complacencias. Su encuentro con la muerte sucedió demasiado pronto. Junto con su compañero Ángel Rama y otros intelectuales latinoamericanos, muere en un accidente aéreo en el año 1983 cuando viajaban de España a Bogotá para asistir al Primer Encuentro Hispanoamericano de Cultura. Muerte pero no final. Si la persistencia del imaginar necesita rumbos
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