Un cuerpo es siempre un cuerpo herido Es inevitable asociar a Julia Ducournau con el maestro del cine conocido como Body horror genre: David Cronenberg, quien estrenó su última película el año pasado, ‘Crimes of the future’, con éxito de público y crítica. Un cine físico, podríamos llamarlo, cargado de sexo, violencia y máquinas. Un cine que no deja de ser norteamericano (aunque Cronenberg sea canadiense) y que está ideado y realizado, en su mayoría,
Cine
La conmovedora película argentina ‘Una escuela en Cerro Hueso’ tuvo su estreno nacional en el 36° Festival de Mar del Plata luego de haber recibido dos menciones especiales (sección K-Plus y el Oso de Cristal) en la última Berlinale 2021. La historia cuenta lo que sucede cuando los padres de una niña autista deciden mudarse a un pequeño pueblo para que su hija pueda comenzar el primer grado. En muchas ocasiones el cine se ha
Albertina Carri, la reconocida directora de Los Rubios y Cuatreros, irrumpe en el mundo de las letras con la publicación de su primera novela Lo que aprendí de las bestias (Literatura Random House, 2021). No es una novedad para el universo de las directoras argentinas el diálogo entre la dirección de cine y la escritura de ficción. Lucía Puenzo, directora de XXY, también tiene notables novelas como El niño pez (Beatriz Viterbo; Emecé/Planeta) y Los
Todos lloraban tu tierra, Llorona, tu tierra ensangrentada. Sollozos de un pueblo herido, Llorona, y de su voz silenciada. La llorona de los cafetales – Versión de la canción popular Las heridas históricas son un monstruo particular, una presencia fantasma que resiste a la tumba del olvido. El movimiento del Tercer Cine, integrado, entre otros, por el Grupo Cine Liberación (fundado a fines de los 60’) de Solanas, Getino y Vallejo es pionero en
En El sentido social del gusto (2010, Editorial Siglo XXI), Pierre Bourdieu (1930-2002) se pregunta ¿Qué es el arte? A lo largo de aquellas conferencias, se acerca a una respuesta que deja disconforme a gran parte de su auditorio aunque, una vez más, se excusa argumentando que los sociólogos no suelen agradar a las personas porque vienen a desenmascarar una realidad naturalizada. Y avanza entonces, definiendo al arte como “lo que está en un museo”.
Un hombre recorre las ruinas con sus perros; otro trasplanta árboles. Un superochista de multicolección indica cuándo cortar. Un mago es rescatado del olvido. Construcción de una ciudad, Amateur, El gran simulador son algunas de las historias que Néstor Frenkel decide recuperar, editar y transmitir. “A mí me gusta documentar esa ficción de la vida: cuando veo que hay un mundo, que alguien como que inventó un mundo y vive ahí dentro”. En su cine,
Yo: indio, hueco y comunista. Ciertas palabras, aunque poseen la capacidad de viajar a la velocidad de la luz, sumergen a su destinatario en la oscuridad. Los insultos, sonidos que incluso pronunciados en susurros siempre resuenan potentes con ecos de crueldad, son dardos envenenados de la ignorancia de su emisor, cargados con la potencia del odio y expulsados en la certeza de que no se convertirán en bumerán. La ofensa nace con la esperanza del
So, buddy, tell us what’s so fuckin’ funny? ¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora! ¡Nadie en lo alegre de la risa fíe, porque en los seres que el dolor devora el alma llora cuando el rostro ríe! Reír llorando – Juan de Dios Peza Y los dados sueltos de tu risa seca, con los cascabeles disuenan rivales. Tu risa amenaza como los puñales, como un moribundo se tuerce tu mueca. Al jorobado –
“El cine verdaderamente político es el que te puede hacer cambiar de idea. Por eso analizo cine infantil”, explica el escritor Juan Sklar desde su columna semanal en el programa Basta de Todo que transmite por radio Metro. Su segmento se llama Ideologías Animadas y así también se llama el libro que salió a la luz el pasado noviembre y contiene una recopilación de sus mejores análisis. Detrás de las historias de princesas y castillos,
Esa máquina, que es el mundo, está obsesionada últimamente en enseñarnos solo sus ritmos fugaces, enceguecedores y lastimosos. Anegados, como estamos, de imágenes confusas y furiosas, que pasan rápidamente sin detenerse y nos dejan apenas sabores amargos, aceptamos a regañadientes y con un encogimiento de hombros la idea de que no parece haber modo de narrar de otra manera que no sea precipitadamente. El abismo está al alcance del camino y no tiene fondo: las